Por Raimundo Gómez
La Habana, 22 oct 2008 (AIN) Una veintena de grupos folclóricos de danza y música de origen haitiano actúan en Cuba, como parte de la diversidad manifiesta en el panorama nacional y portadores tradicionales de un cada vez mayor reconocido espacio cultural.
Los conjuntos de danza se fundamentan en una tradición del baile haitiano y de la localidad donde están enclavados, como depositarios de un saber y actuar por generaciones y conservado por algunos descendientes del núcleo original.
Las provincias orientales presentan el mayor número con los grupos Barrancas, Pilón del Cauto y La Palmita, en Santiago de Cuba; Locosia en Guantánamo; Gagá Nuevo Haití y La flor de Rosa, en Holguín, Maye de Ife y Petit Danze en Las Tunas.
En Camaguey se encuentran Caidije y Bonito Patua, en tanto en Ciego de Ávila actúan Ocay, La gran familia y Nago.
Especial significado tienen las Tumbas francesas, con elementos franco-haitianos, de las cuales se conservan la centenaria Santa Catalina de Ricci o Pompadour, en Guantánamo, La Caridad de Oriente, en Santiago de Cuba; y Bejuco, de Sagua de Tánamo en Holguín.
Sobresale también el grupo Desandann, de Camagüey, único conjunto coral en creole haitiano existente en el mundo, y de reconocida expresión artística.
Otras agrupaciones en Cuba recrean el acervo cultural haitiano, como son los conjuntos folclóricos Nacional, el Cutumba y el de Oriente, o los grupos Renacer haitiano, Raíces y Mystere du Vadoun d´Haití, entre otros.
La preservación de la diversidad cultural se logra en Cuba mediante la promoción y el respeto a las identidades culturales de todos sus ciudadanos, principio ratificado en la respuesta del país a la Oficina del Alto Comisionado de la ONU sobre la Resolución 2004/20.
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